El Partido Revolucionario Institucional (PRI), que gobernó México por 71 años, define este sábado la forma como elegirá al candidato con el que buscará recuperar la presidencia en 2012, un proceso que analistas anticipan ungirá en febrero a Enrique Peña Nieto, ex gobernador del estado de México.
En una reunión de 1.245 delegados nacionales el PRI, que por décadas escogía a sus candidatos por el llamado “dedazo” -en el que el presidente de turno designaba a su sucesor- definirá si realiza una consulta abierta a todos los ciudadanos o solo entre sus militantes, e incluso si es procedente que se elija al candidato por aclamación.
Después de más de una década fuera del poder, del que fue desalojado por el conservador Partido Acción Nacional (PAN) en 2000, todas las encuestas muestran al PRI como favorito para ganar las presidenciales que se realizarán el 1 de julio del próximo año.
Las mismas encuestas muestran además a Peña Nieto casi sin competencia dentro de su propio partido y como ganador de la presidencia enfrentado a cualquier candidato de los otros partidos.
Según la consultora Mitofsky, Peña Nieto, de 45 años, tiene un apoyo del 66% para ser el candidato presidencial y su inmediato seguidor es el ex presidente del Congreso Manlio Fabio Beltrones con 7%.
En la misma encuesta, realizada del 22 al 26 de septiembre, Peña Nieto vencería ampliamente a cualquiera de los tres probables candidatos del PAN o al candidato del izquierdista Partido de la Revolución Democrática (PRD).
El PAN se encuentra inmerso en campaña en la que la ex ministra Josefina Vázquez Mota, aventaja al senador Santiago Creel y al ex ministro de Hacieda, Ernesto Cordero.
Por su parte, el PRD tiene previsto definir en noviembre a su ficha presidencial entre el ex candidato en 2006, Andrés Manuel López Obrador, y el actual alcalde de Ciudad de México, Marcelo Ebrard.
La reunión del sábado del PRI se producirá al día siguiente del inicio formal del calendario electoral con la apertura de la inscripción de votantes en el padrón electoral.
Según ese calendario, los partidos podrán realizar sus campañas de selección interna a partir de diciembre y hasta mediados de febrero, cuando deben presentar los nombres de sus aspirantes a la presidencia.
Pero la campaña en los tres principales partidos de México ya está en plena marcha.
En el PRI, la amplia ventaja que tiene Peña Nieto hace que casi nadie apueste por una alternativa diferente.
“Beltrones es el único bastión opositor que queda. Él sigue jugando sus fichas, pero no por la candidatura, sino para negociar su apoyo a Peña”, explicó a la AFP, José Antonio Crespo investigador de la división de estudios políticos del Centro de Investigaciones y Docencia Económicas (CIDE).
Peña Nieto asegura que hace parte de una generación de príistas cuya carrera política se ha desarrollado mayormente desde la oposición. Pero aunque el PRI perdió la presidencia, siempre mantuvo el gobierno de la mayoría de los estados. Actualmente el partido gobierna 19 de las 32 entidades federativas.
Con su cabello siempre cuidadosamente engominado, una sonrisa perfecta y un publicitado matrimonio con la popular actriz de telenovelas Angélica Rivera, Peña Nieto intenta mostrar una cara renovadora del PRI, aunque sus opositores señalan que debe su éxito a sus lazos con el llamado grupo Atlacomulco, un grupo de veteranos e influyentes políticos dentro de esa formación.
Dada la ventaja que le dan las encuestas, su mayor reto es no cometer errores.
“Sus presentaciones y entrevistas han sido cuidadosamente preparadas y nunca se ha salido del guión. Quizá no haya sido brillante pero se ha abstenido de cometer errores, de eso se trata su juego en este momento”, señaló el politólogo Sergio Sarmiento, columnista de prensa e investigador adjunto del Centro de Estudios Estratégicos Internacionales (CSIS).
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